“Un adolescente en la retaguardia” nos narra las vicisitudes que precedieron al martirio salvaje de los monjes del Pueyo, acusados absurdamente de custodiar un arsenal entre las paredes del monasterio. No fueron los únicos religiosos asesinados en Barbastro: numerosos sacerdotes diocesanos -con su obispo al frente-, escolapios y claretianos padecieron un idéntico destino. Pero no se crea el lector que el propósito de Plácido Mª Gil sea ofrecernos una narración truculenta de aquellas jornadas, mojando su pluma en los chafarrinones del sensacionalismo.