Me gusta el tono directo y desenfadado con que aborda asuntos espinosos como sus relaciones con el primer gobierno socialista, algunos manejos vaticanos o los nacionalismos. Naturalmente, no todo el mundo estará de acuerdo con su punto de vista, pero en tiempos de eufemismos y medias verdades se agradece que alguien hable con claridad, se moje y se arriesgue a la crítica.