«La palabra de Dios quiere ser desde el principio fructífera en la fecundidad
del hombre creyente, y, en cuanto forma por la que Dios interpela la hombre, incluye la forma de la respuesta del hombre a Dios».
«La palabra de Dios quiere ser desde el principio fructífera en la fecundidad
del hombre creyente, y, en cuanto forma por la que Dios interpela la hombre, incluye la forma de la respuesta del hombre a Dios».