Con este espíritu de sano y necesario «enraizamiento» ha estructurado Carbajosa el volumen y comienza el prólogo con una parábola, la del escriba en la corte del Rey.
Con este espíritu de sano y necesario «enraizamiento» ha estructurado Carbajosa el volumen y comienza el prólogo con una parábola, la del escriba en la corte del Rey.