Durante años se ha defendido con ardor, en los sistemas occidentales, que lo importante era el “proceso” de aprendizaje, y no la enseñanza de contenidos concretos. Los resultados, a la vista están: y lo peor es que las voces que se alzan contra este despropósito son aún minoritarias. Un libro imprescindible para todos aquellos preocupados por la educación que estamos dando a las nuevas generaciones.