Bajo el formato de cuatro lecciones de un curso de filosofía para sus alumnos de la Escuela Politécnica de París, Finkielkraut desarrolla una interesante reflexión sobre las insuficiencias de una modernidad basada únicamente en la racionalidad tecnocientífica y sobre las consecuencias de una renuncia europea a transmitir otros valores que los meramente técnicos, por miedo a la acusación de colonialismo cultural.