«Este libro […] planteó mucha controversia al declarar el autor, entre otras cuestiones, que el conocimiento cultural general es condición necesaria para alcanzar competencia intelectual y prosperidad económica. Es por ello por lo que centra sus investigaciones en los requisitos de ese conocimiento básico adquirido en el colegio, como un cimiento esencial para la comunicación y participación en la sociedad. El autor plantea una reforma educativa radical. Realiza una crítica exhaustiva, con un lenguaje apasionado y ágil, a todas las ideas pedagógicas imperantes en Occidente con enfoque romántico-progresista».