Lo que esta extraordinaria novela detalla simplemente es, día tras día, el sacerdocio de un cura en mala salud, que se apea en las tierras desoladas de Artois con la idea inquebrantable de ocuparse de las pobres almas que le han sido confiadas. La miseria se endereza, impúdica, en la mirada depravada de una nieta, el agostamiento de la aristocracia local desgarrada por el incesto o el alcoholismo devastador. Este joven sacerdote, tardo aunque de buenas intenciones, asume sus funciones en una pequeña parroquia de campaña, y apenas sí consigue dejar huella en el seno de esta comunidad que se burla de su falta de autoridad y de su constitución débil.