Estamos ante un intento muy estimable de entender un pontificado que ha sembrado semillas y ha iniciado procesos cuyos frutos sólo se verán con el tiempo, como concluye el propio autor. Un libro serio y también inquisitivo, pero lleno de estima y reconocimiento al hombre Joseph Ratzinger, al creyente que sigue buscando más y más a Jesús, al Papa teólogo que se esforzó por centrar a la Iglesia en su raíz, y por llevarla al encuentro con los hombres y mujeres de esta época.