El pórtico del misterio de la segunda virtud
El pórtico del misterio de la segunda virtud es una de las obras poéticas más intensas de Charles Péguy, dedicada al misterio de la virtud teologal de la esperanza. Compuesto en uno de los momentos más oscuros de la vida del autor, es un poema luminoso y el testimonio de su itinerario espiritual que se abre a la madurez de la fe. Su grito de desesperación se convierte en un nuevo canto de esperanza, hilvanado por motivos que continuamente se entrelazan y recuerdan unos a otros, en una atmósfera de meditación y oración. Esta edición coincide con el 150 aniversario del nacimiento del autor.
«Lo admirable del Pórtico es que con palabras terrenales, imágenes carnales que no tienen nada de filosóficas, movimientos del corazón que son los de cualquier criatura, Péguy revoluciona el cristianismo (...) El autor del Pórtico da la vuelta a su drama personal de exilio y fracaso, convirtiendo la angustia en ternura y el abandono en desamparo creativo».
—Jean Bastaire
Autor
Charles Péguy
Nació el 7 de enero de 1873 en Orléans (Loiret), en el seno de una familia modesta. En 1894 se trasladó a París para ampliar sus estudios, y allí recibió las enseñanzas de Romain Rolland y Henri Bergson, lo cual le influyó mucho. También en esta época se asentaron sus convicciones socialistas. Fundó la librería Bellais, cerca de la Sorbona, pero cuando casi quebró en el año 1900 se la dejó a sus socios. A continuación fundó Les Cahiers de la quinzaine, revista destinada a publicar sus propias obras y a dar a conocer a nuevos escritores. En 1907 se convirtió al catolicismo, por lo que a partir de entonces combinó obras donde se reflejaban sus apasionadas convicciones políticas con otras obras de carácter místico y lírico. Fue movilizado durante la Primera Guerra Mundial y murió en combate al comienzo de la batalla del Marne, el 5 de septiembre de 1914, en Villeroy (Seine et Marne).
LIBROS RELACIONADOS
«Con la excepción del Polieucto de Corneille, obra que el mismo Péguy nos ha enseñado a poner por encima de todas las demás, todo nos permite pensar que esta Eva es la obra más considerable producida por la catolicidad desde el siglo XIV».
(del Prólogo de ...(ver ficha)
«Esos inocentes han pagado por
mi hijo.
Mientras ellos yacían en el
suelo...,
En el polvo y en el barro...,
Abandonados sobre los cuerpos
de sus madres,
Durante ese tiempo mi hijo
huía...
Les cogieron a ellos ...(ver ficha)
es la esperanza.
Y no me retracto.
Esa pequeña esperanza que parece
de nada.
Esa niñita esperanza.
Inmortal.
Porque mis tres virtudes,
dice Dios.
Las tres virtudes, criaturas mías.
Niñas hijas mías.
Son también
como ...(ver ficha)