El pórtico del misterio de la segunda virtud
«Lo que me admira, dice Dios,
es la esperanza.
Y no me retracto.
Esa pequeña esperanza que parece
de nada.
Esa niñita esperanza.
Inmortal.
Porque mis tres virtudes,
dice Dios.
Las tres virtudes, criaturas mías.
Niñas hijas mías.
Son también
como mis otras criaturas.
De la raza de los hombres.
La Caridad es una Madre.
Una madre ardiente, toda corazón.
O una hermana mayor
que es como una madre.
La Esperanza
es una niñita de nada.
Que vino al mundo el día de Navidad del año pasado.
Que juega todavía
con el bueno de Enero.
Con sus pequeños pinos
de madera de Alemania cubiertos
de escarcha pintada.
Y con su buey y su asno
de madera de Alemania. Pintados.
Y con su pesebre lleno de paja
que los animales no comen.
Porque son de madera.
Pero esa niñita
atravesará los mundos.
Esa niñita de nada.
Sola, llevando a las otras,
atravesará los mundos concluidos.
Una llama traspasará
las tinieblas eternas».
Autor
Charles Péguy
Nació el 7 de enero de 1873 en Orléans (Loiret), en el seno de una familia modesta. En 1894 se trasladó a París para ampliar sus estudios, y allí recibió las enseñanzas de Romain Rolland y Henri Bergson, lo cual le influyó mucho. También en esta época se asentaron sus convicciones socialistas. Fundó la librería Bellais, cerca de la Sorbona, pero cuando casi quebró en el año 1900 se la dejó a sus socios. A continuación fundó Les Cahiers de la quinzaine, revista destinada a publicar sus propias obras y a dar a conocer a nuevos escritores. En 1907 se convirtió al catolicismo, por lo que a partir de entonces combinó obras donde se reflejaban sus apasionadas convicciones políticas con otras obras de carácter místico y lírico. Fue movilizado durante la Primera Guerra Mundial y murió en combate al comienzo de la batalla del Marne, el 5 de septiembre de 1914, en Villeroy (Seine et Marne).
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«Con la excepción del Polieucto de Corneille, obra que el mismo Péguy nos ha enseñado a poner por encima de todas las demás, todo nos permite pensar que esta Eva es la obra más considerable producida por la catolicidad desde el siglo XIV».
(del Prólogo de ...(ver ficha)
«Esos inocentes han pagado por
mi hijo.
Mientras ellos yacían en el
suelo...,
En el polvo y en el barro...,
Abandonados sobre los cuerpos
de sus madres,
Durante ese tiempo mi hijo
huía...
Les cogieron a ellos ...(ver ficha)